13 julio 2009

Supongo que a causa de este tema de la gripe y nuestras vacaciones eternas, la gente afin a mí está mirando mucha televisión. Y no sólo mira televisión, sino que piensa cosas que en otro momento un poco más ocupado de su vida, no hubiera pensado.
Así fue que en una misma semana, una de mis mejores amigas me dijo que me parecía a Helga Pataki (la enamorada resentida en Hey Arnold!), otra a Amalia Granata y un último al que le hice acordar a Uma Thurman. Además de que estas tres muchachas sean rubias, cosa a la cual le escapo, no tienen absolutamente nada que ver entre sí, y, en el caso de tenerlo, siguen estando lejos de mí.
Obviamente no pude pasar por alto estos comentarios y fue inevitable (en lo que fue otro derroche absoluto de tiempo) haber relacionado a Granata embarazada de su hija Uma y enamorada del Ogro Fabbiani.

Okey, no sé quien está peor.

04 julio 2009

Si bien el virus que se está instalando en la país y ya mató a supuestas varias decenas de personas es algo serio, me es intolerable la paranoia en la cual se encuentra la gente.
No sólo tengo que bancarme que los boliches cierren, sino que tengo que bancarme las preguntas de quienes no entienden cómo sigo viajando en subte, tren y colectivo tres veces por semana. Hola, mi vida sigue, me encanta que vos estés en tu casa mirando Intrusos pero yo no puedo ni quiero.
Ni hablar de los obsesivos que andan con el alcohol en gel en la cartera y se ponen barbijo para andar por la calle. Después los saludás y te dan un beso como si nada, como si yo no tuviera porcina y son todos los demás desconocidos los infectados.
Sé que hay que tomar precauciones y que tampoco hay que ser imprudente, pero todo tiene un límite, y ese límite es la coherencia.
De algo hay que morir.