28 noviembre 2008

Entre las integradoras, los trajes para danza y el calor, lo único que necesitaba era un respiro. Me venía al pelo la fiesta de egresados de mi hermana, en un boliche al cual había ido más de una vez, pero a la matineé. Me cambié, me maquillé, llamé a una amiga, nos pasaron a buscar, nos perdimos con el auto, nos mojamos, y todo para qué?
Para que en la puerta, nos digan "Chicas, Documentos". Y claro, no sólo que nuestros documentos decían que teníamos diecisiete, sino que encima mentimos y dijimos que teníamos dieciocho, cosa incomprobable con cualquier otro dni de una persona de veintiuno.
Conclusión, a casa a las 3 a.m. (nótese que estuvimos bastante tiempo en la puerta intentando violar el supuesto control municipal), maquillada y mojada.
Nueve meses, no sólo son un bebé. Son la puerta a mi legalidad.

09 noviembre 2008

Situación hipermercado, yo con mamá, papá y hermana. Góndola Iluminación. Una nena que camina sola. Una pareja pregunta si la nena es nuestra. Decimos que no. Aparece un hombre muy alto, imposible no verlo, con cara de preocupado. "¿Usted es el padre de la nena?".

Tenía una remera que decía: "Para el mejor papá del mundo, Feliz Día"

01 noviembre 2008

Un conformista me dirá que hay cosas peores, pero quedarte en tu casa un fin de semana de sol y calor, rankea alto.
A causa de una mínima intervención quirúrgica, tuve que estar casi todo el viernes acostada y leyendo, acostada y mirando tv o acostada y con la computadora. Aunque para muchos no parecerá tan grave, lo es si se toma en cuenta que mi material de lectura consistía en la RS de Octubre (sí, la empecé ayer, 31-10) y la programación de tv era ocupada por especiales de Halloween y películas de terror baratas (no vi nunca ninguna, pero desprecio al género).
Peor aún fue el sábado, en el que intenté contactar a mis amigas, hasta dar con que ya todas tenían planes; intenté tomar sol; hasta que madre anunció que estaba contraindicado; e intenté tomar jugo de naranja, que se hizo imposible ya que no había naranjas en la casa, nadie estaba dispuesto a ir a comprar, y yo no podía caminar largas distancias y mucho menos con peso.
Como broche de oro, terminé en un parque con mi hermana y el novio.