06 octubre 2008

La heladera respira todavía

Llegar del colegio pasadas las seis de la tarde, sin haber comido nada desde la una, no está nada bueno.
Peor aún, si cuando abrís la heladera te encontrás con que no hay galletitas dulces, ni pan lactal de salvado ni queso untable ni jamón para hacerte un sánguche.
Logré rescatar un paquete de pan blanco del fondo de la heladera que había sobrado de mi almuerzo para el Día de la Primavera (que seguramente estaba vencido, pero ante la desesperación, cualquier fecha es un número separado con barras).
Resignada, pongo a calentar agua para el mate y decido ir a estudiar al comedor para así no tentarme con las otras cosas que había en la cocina (ya había mirado con cariño un salame, y dos empanadas). Grande fue mi sorpresa cuando, al prender la luz del comedor, me encuentro que la mesa no estaba. Sin entender mucho, voy hasta el living, y veo que la mesa ratona también había sido sustraída.
Todo bien con que estoy en medio de una mudanza, pero falta más de un mes para cambiar de casa y una mesa o un pote de queso untable son cosas necesarias.
Ah, terminé en la cocina, untando con paté un pan vencido.

1 comentario:

maca rena dijo...

guardas las galletitas en la heladera gaby ? jaja