06 agosto 2008

Diecisiete años no es nada

Es lindo que sean las doce y tu familia te salude y te de su regalo, que las ventanitas del Messenger se estacionen naranjas sobre la barra de inicio, que te lleguen mensajes de texto al celular (que se encarga justo en ese momento de avisarte que el límite sobrepasa la capacidad), que aparezcan lindos mensajes en tu muro de Facebook y que tu hermana, que está sentada al lado tuyo, te diga que no tiene regalo, porque mamá le robó la idea.
Son cosas que se dan una vez al año, en uno de los días que más espero (rankea con el Día de la Primavera y el 31 de Diciembre) y por unos pocos minutos. Porque claro, a las 12.15 ya nadie se acordaba de mí. Ni de mi cumpleaños.
Pero no me importa, porque sé que tengo un año más. Que estoy en edad de conducir vehículos motorizados (léase subirse a los cordones de las calles de sanmar), y a un año de la semi-legalidad, con la cual podré votar, fumar y tomar (legalmente, claro) y a varios más de la legalidad con todas las letras, que si no me falla la cuenta son nueve.

1 comentario:

Guapa Chula Guapa dijo...

ahora ya tenes 17, asique ponto vas a obtener tu registro, y las ldm vamos a pasear por los barrios porteños (?)
te amo