Días atrás viví una experiencia única. No, no fue una experiencia religiosa como la de Quique (Iglesias, se sabe). Fue algo aún mejor.
Iba caminando por una de las calles céntricas del balneario ya mencionado en una ventosa y horrible tarde de un sospechoso Septiembre, cuando al llegar una esquina, una ráfaga arremetió con mi estabilidad física, haciendo que mis pies amagaran a despegarse del piso. No volé, aclaro.
Pero casi. Y aquellos días fueron tan monótonos que eso fue de lo mejor del fin de semana.
13 septiembre 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
si te fumas un porro pasa =
XD
jajaja
Sinceramente está muy bueno lo que escribis! Me identifico no sólo con muchas cosas de las que nombras en cada uno de los textos sino también porque yo escribo de ve en cuando, no sé lo tomo como una forma más de descargarme!
En fin, me llamo Milagros
mi mail es: milifaella@hotmail.com por cualquier cosa te lo dejo
Un beso :)
Publicar un comentario