04 abril 2009

Continuando con la temática de los transportes (?), ayer sábado, viajando en 169 con madre y hermana, tuvimos la maldita suerte de sentarnos en un asiento debajo del cual había una bolsa que despedía un desagradibilísimo olor.
En cuanto pudimos nos cambiamos de lugar, abrimos las ventanas y nos dedicamos a observar, desde atrás, las reacciones de la gente al sentarse cerca del maloliente recado.
De eso, nos reímos durante todo el viaje, cual reality show ambientado en un bondi.

2 comentarios:

Maite dijo...

jaja la familia. estan todas quemadas :)

violeta dijo...

jajaja mamá lloraba de la risa!!!